Cada 17 de mayo, el Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información nos recuerda un hecho que no podemos ignorar: la conectividad digital se ha convertido en un derecho fundamental. Sin embargo, ese derecho sigue siendo un privilegio para millones. En pleno 2025, más de 2.600 millones de personas en el mundo aún no están conectadas a Internet, según datos recientes de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
No puede haber sostenibilidad sin equidad digital. La justicia climática y social caminan de la mano con la equidad tecnológica. Y en este escenario, la publicidad —tradicionalmente vista como vehículo de consumo— tiene hoy la responsabilidad y la oportunidad de ser también un motor de inclusión
La brecha digital: un problema estructural
Hablar de brecha digital es hablar de muchas brechas a la vez: de género, edad, ubicación geográfica, nivel educativo y situación económica. En América Latina, por ejemplo, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el 32% de la población rural no tiene acceso a Internet, frente al 10% en zonas urbanas. En África subsahariana, solo el 27% de la población tiene acceso a la red. Y en todo el mundo, las mujeres tienen 19% menos probabilidades que los hombres de usar Internet móvil
Esta desigualdad no es solo un dato: es una barrera al desarrollo, a la educación, a la empleabilidad, a la participación cívica. Mientras más avanza la digitalización de los servicios, más profunda se vuelve esa exclusión
La publicidad como actor de cambio
En este contexto, las agencias publicitarias y de marketing tenemos un rol crucial porque moldeamos narrativas, damos visibilidad a causas, y podemos actuar como mediadores entre marcas, gobiernos, sociedad civil y ciudadanía
Las campañas que promueven la alfabetización digital, el acceso equitativo a la tecnología o el diseño inclusivo de productos y servicios no solo son posibles, sino necesarias.
Casos inspiradores: cuando las marcas hacen bien las cosas
Algunas marcas han comenzado a transitar este camino. Por ejemplo, Samsung, con su programa “Solve for Tomorrow”, ha promovido la enseñanza de tecnología y ciencia a jóvenes en contextos vulnerables de América Latina. Google, por su parte, ha impulsado campañas en colaboración con ONGs para capacitar en habilidades digitales a mujeres rurales en Asia y África
Iniciativas como “Chicas en Tecnología” en Argentina, que combate la brecha de género en áreas STEM, o el programa Conectando con el Futuro en Colombia, que facilita acceso a Internet y formación digital a comunidades rurales
Estas campañas no solo comunican. Empoderan. Transforman. Democratizan. Nos demuestran que la creatividad, bien orientada, puede ser una herramienta poderosa para cerrar brechas
¿Es sostenible la digitalización mundial? Un equilibrio delicado entre acceso y ambiente
La digitalización puede y debe ser sostenible, aunque hoy presenta retos ambientales serios. La clave es avanzar hacia una digitalización justa, accesible y ambientalmente responsable
Es crucial que se cuente con energías renovables para centros de datos. Diseño ecológico de hardware y software: Reducir el consumo energético del software (software ecoeficiente) y extender la vida útil de los dispositivos con actualizaciones más sostenibles
Digitalización circular: Fomentar la economía circular en electrónica, con reciclaje, reutilización y reacondicionamiento. Marcas como Fairphone ya lideran este camino
Regulación y políticas verdes: La Unión Europea impulsa su Ley de Datos y Ley de Sostenibilidad Digital, que regula el uso de energía, emisiones y derechos de reparación para productos tecnológicos
Educación para el uso consciente de lo digital: No todo debe ser digitalizado, y es importante educar para el consumo digital responsable (uso de dispositivos, nube, plataformas y redes)
Digitalización con inteligencia climática
Desde el mundo de la comunicación sostenible, sabemos que ninguna transición digital puede ser considerada exitosa si deja a millones atrás. El acceso equitativo a la tecnología no es solo una cuestión técnica, es una cuestión de derechos humanos, de desarrollo sostenible y de justicia social
Nuestra tarea como creativos, estrategas, marcas y medios no es solo inspirar consumo responsable, sino promover una ciudadanía digital plena y accesible para todos. Y eso implica levantar la voz, proponer soluciones, invertir creatividad y presupuesto en lo que verdaderamente importa: cerrar brechas para abrir futuros
Porque no hay transformación verde sin transformación justa. Y no hay justicia sin conectividad para todos.