En el marco del foro Violencia de género y acoso en el sector artístico-audiovisual, organizado por ONU Mujeres América Latina y el Caribe, se conmemoraron los 25 años del Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres hablando sobre el sector Audiovisual y sus grandes retos en acoso y violencia de género.
El Convenio 190: un paso crucial
María Noel Baeza, directora regional de ONU Mujeres para América Latina y el Caribe, destacó la relevancia del Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el primer tratado internacional que reconoce el derecho a un entorno laboral libre de violencia y acoso. Este convenio, ratificado por 45 países (11 de ellos en América Latina), introduce innovaciones significativas, como la definición de violencia y acoso en el mundo laboral y la obligación de gobiernos, empleadores y trabajadores de prevenir y abordar estas problemáticas.
“El sector audiovisual, con su capacidad de influir en normas sociales y su papel como motor económico, debe liderar con el ejemplo, promoviendo igualdad y seguridad, por lo tanto es inaceptable que no sea un sector igualitario y libre de violencia y que mujeres y niñas sigan invisibilizadas en este medio” afirmó Baeza, recordando que este año solo una mujer fue nominada como directora en los premios Óscar.
Baeza también señaló un punto importante: la falta de medición confiable en el sector “Uno de los mayores problemas es la alta prevalencia de contratos informales, irregulares y autónomos, junto con horarios de trabajo impredecibles. Estas condiciones generan vulnerabilidades significativas, especialmente para las mujeres, y dificultan la creación de entornos laborales justos. A ello se suma la insuficiencia de datos confiables sobre el sector, lo que complica aún más la tarea de abordar y prevenir estas problemáticas”.
Desafíos estructurales y culturales
El sector artístico-audiovisual enfrenta condiciones laborales particularmente precarias: contratos irregulares, horarios inestables y una alta informalidad, factores que generan vulnerabilidad, especialmente para las mujeres. Según Thamina Karimova, especialista en Derecho del Trabajo de la OIT, estos desafíos agravan la incapacidad para prevenir y abordar la violencia laboral y de género.
En 2020, la OIT produjo una política centrada en el acoso sexual en el sector del entretenimiento, evidenciando problemáticas como la brecha salarial, la inseguridad laboral y los estereotipos de género. Sin embargo, el silencio sigue siendo un obstáculo para visibilizar la magnitud del problema.
Innovación y prevención
La incorporación de nuevos roles, como los coordinadores de intimidad, es un avance importante para proteger a actrices y actores en escenas sensibles, explicó **Alicia Dogliotti**, vicepresidenta de la Federación Internacional de Actores. “Estos roles buscan prevenir violaciones laborales sin exponer aún más a las trabajadoras y trabajadores, adaptándose a las nuevas tecnologías y formas de contratación”, señaló.
Dogliotti también subrayó que las condiciones de trabajo cambiantes y la falta de espacios adecuados, por ejemplo, para lactancia o menstruación, hacen urgente establecer protocolos más robustos y estrategias colectivas que garanticen seguridad y dignidad laboral.
La fuerza del colectivo
El foro cerró con un llamado a fortalecer los esfuerzos colectivos. Si bien movimientos como #MeToo han dado visibilidad al problema, las expertas insistieron en que es necesario ratificar y aplicar convenios internacionales, promover datos confiables y diseñar políticas inclusivas.
“Transformar el sector audiovisual no solo es un acto de justicia para las trabajadoras, sino una oportunidad para construir narrativas que desafíen las desigualdades y reflejen la diversidad de nuestras sociedades” destacó María Noel Baeza.