Este 16 de septiembre no será un Día Mundial del Cuidado de la Capa de Ozono cualquiera. Este año celebramos nada menos que 50 años desde que Mario Molina, el brillante científico mexicano y orgullo latinoamericano, confrontó a la sociedad y a las industrias sobre cómo estábamos a punto de destruir la capa de ozono con el uso despreocupado de aerosoles y refrigerantes. Hace 50 años nadie creía que era un problema ambiental serio, justo como ahora se ignoran otras advertencias.
CFCs y el peligro oculto para nuestro escudo natural
En 1974, Mario Molina, junto a su colega Frank Sherwood Rowland, publicó el revolucionario artículo: Sumidero estratosférico de clorofluorometanos: destrucción del ozono catalizada por átomos de cloro. En esta investigación, explicaron cómo los clorofluorocarbonos (CFCs), usados en aerosoles y refrigerantes, subían a la atmósfera y liberaban cloro, un compuesto que destruye el ozono en las capas altas de la atmósfera. La capa de ozono es nuestro escudo natural contra los dañinos rayos UV. Con el tiempo, su trabajo demostró que los CFCs no solo debilitaban la capa, sino que habían provocado un “agujero” en el ozono sobre la Antártida, algo que se confirmó en 1985.
De México para el mundo
La batalla de Molina no fue sólo científica. Su investigación sacudió a industrias poderosas, en especial a la gigante Dupont, que había fabricado CFCs durante años. A pesar de los esfuerzos de las empresas para desacreditar sus hallazgos, Molina no se dio por vencido. Finalmente, su activismo ambiental, junto a una sólida evidencia científica, lo llevó a ganar el Premio Nobel de Química en 1995. Pero, más allá de los premios, su mayor logro fue evitar lo que él mismo describió como un “apocalipsis” de quemaduras solares, cáncer de piel y caos climático, que habría sido causado por el colapso de la capa de ozono.
El Protocolo de Montreal: El pacto que salvó al planeta
Gracias a las advertencias de Molina y a la creciente presión pública, en 1987 se firmó el Protocolo de Montreal, el primer acuerdo ambiental global para eliminar gradualmente los CFCs. ¿El resultado? La capa de ozono ha comenzado a recuperarse. A pesar de que el proceso es lento y enfrenta desafíos, como los incendios forestales que liberan productos químicos que dañan la atmósfera, el Protocolo de Montreal sigue siendo un ejemplo de cooperación internacional para la protección ambiental. Hoy en día, es considerado uno de los mayores éxitos diplomáticos en materia ambiental.
Mario Molina en la pantalla chica (y grande): Documentales que celebran su legado
El legado de Mario Molina ha sido destacado en numerosos documentales y programas de televisión, subrayando la importancia de la comunicación científica en la conciencia pública. Si quieres conocer más sobre su vida y trabajo, aquí algunos ejemplos que celebran su impacto en el mundo:
1. El Hombre que Salvó la Capa de Ozono (Documental)
Este documental ofrece un vistazo íntimo a la vida de Molina y a cómo su trabajo condujo al Protocolo de Montreal. Ideal para entender su lucha y el impacto que tuvo en salvar al planeta.
2. Nobel Minds (BBC)
En esta entrevista, Mario Molina reflexiona junto a otros ganadores del Premio Nobel sobre el impacto de sus descubrimientos. Aquí, Molina no solo comparte su ciencia, sino también su modestia y visión sobre el futuro del medio ambiente.
3. Cosmos: Una odisea del espacio-tiempo (National Geographic)
La serie de Neil deGrasse Tyson dedica una parte de sus episodios a científicos que salvaron al mundo, y el mexicano Mario Molina, con su lucha para eliminar los CFCs, es uno de ellos.
4. The Hole (BBC Earth)
Este documental explora en profundidad el agujero en la capa de ozono y cómo la investigación de Molina y Rowland expuso el problema al mundo.
5. Nuestro Planeta” (Netflix)
Aunque no se centra exclusivamente en Molina, este documental sobre el cambio climático destaca la importancia del Protocolo de Montreal en la lucha por la sostenibilidad ambiental.
No le hemos dado suficientes gracias Mario Molina
En este Día Mundial del Cuidado de la Capa de Ozono, recordamos que las advertencias ambientales no deben tomarse a la ligera. Mario Molina nos mostró que un solo descubrimiento puede cambiar el rumbo de la historia y que los aportes científicos de Latinoamérica han sido fundamentales para proteger nuestro planeta. Molina murió en el año 2020, su último llamado fue a utilizar mascarilla ante el inicio de la pandemia por COVID-19 debido al comportamiento de las partículas (algo en lo que era experto), su legado nos inspira a seguir luchando. ¡Gracias, Mario, por salvarnos del apocalipsis de quemaduras y caos climático!