En Cervecería y Maltería Quilmes, la sostenibilidad es un tema serio. Vanesa Vázquez, gerente de Impacto Positivo, lo ha atestiguado a lo largo de sus 20 años de trayectoria dentro de la compañía. Desde su perspectiva, en Quilmes se ha demostrado que una nueva manera de hacer negocios es posible: “Estoy orgullosa de formar parte de una compañía que ha asumido un compromiso para generar valor económico cuidando el ambiente y la prosperidad de nuestras comunidades”, señala.

Una compañía en evolución

A lo largo de estas dos décadas, Vanesa ha acompañado la evolución de la empresa, la cual se transformó a medida que han surgido nuevos conceptos y modelos económicos que consideran su huella en las sociedades y la naturaleza. “Pude ver la evolución interna, pero también a nivel paradigma, cuando se pasó de la filantropía a la responsabilidad empresarial y, más tarde, a la sostenibilidad, junto con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU en 2015”, manifiesta.

Después de las diversas fases que Quilmes ha experimentado en relación con sus vínculos con la comunidad y el medio ambiente, la empresa en la actualidad ha llegado a una etapa de regeneración. “Ya no se trata sólo de sostener y cuidar lo que tenemos, sino de dejar las cosas mejor de lo que las encontramos y que esta mirada esté integrada al negocio”, sostiene Vázquez. La gerente asegura que el concepto de sostenibilidad evolucionó hasta lo que hacen hoy diariamente: impulsar la regeneración, vincularla al negocio y articular con actores externos del sector público, el privado, el tercer sector, la academia y demás especialistas para llevar adelante soluciones en conjunto.

Sostenibilidad de triple impacto

Una de las metas de Quilmes para este año es seguir expandiendo el alcance de Gauchada, una estrategia de impacto social de la compañía que consiste en vender cebada perlada y reinvertir los ingresos en iniciativas de peso. Por cada paquete vendido de cebada Gauchada, Quilmes le da cebada perlada a diversas organizaciones de la sociedad civil. “En 2023, Gauchada llegó a 930 OSC y más de 253 800 personas, y entregó 26 800 platos de cebada perlada a comedores de CABA y el Gran Buenos Aires”, señala Vázquez.

La gerente asegura que, tanto con esta estrategia como con otros proyectos, en Quilmes se trabaja para lograr un triple impacto: ambiental, social y económico. De este modo será posible beneficiar la cadena de valor, a las comunidades en las que tienen operaciones, a los trabajadores de la compañía y también a Argentina y la salud del planeta.