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Diversidad en el cine mexicano: una tarea pendiente

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En México, solo el 39% de las docentes en formación audiovisual son mujeres, es decir, 994 educadoras frente a 1,555 hombres y 2 personas no binarias. Estos datos provienen del Anuario Estadístico de Cine Mexicano 2023 del IMCINE, que por primera vez incluye un capítulo sobre Formación Cinematográfica Audiovisual, demostrando que la diversidad en el cine mexicano, aún es una terea pendiente.

¿Dónde está la oferta educativa?

El anuario destaca que hay 289 carreras técnicas, licenciaturas, posgrados y especializaciones, además de 1.583 cursos, talleres, diplomados y clases magistrales con 2.551 personas involucradas en estas actividades de formación.

De los 289 planes formales o escolarizados de estudio, éstos ocurren en 115 centros educativos, 87% de ellos privados, y 13% públicos. La oferta educativa se concentra en Ciudad de México (28%) Jalisco (12%). Hay seis estados que solo cuentan con un programa educativo: Baja California Sur, Campeche, Guerrero, Hidalgo, Tamaulipas y Zacatecas. En Colima y Tlaxcala no existen opciones, pues no cuentan con centros educativos.

El caso de la educación cinematográfica y audiovisual no escolarizada fue en el 52% de los casos gratuita y la mayoría se concentró en Ciudad de México (42%) Jalisco (8%) y Guanajuato (5%), mientras que el menor número tuvo lugar en Zacatecas, con apenas 0.3% de la oferta.

El área de estudio con mayor oferta es la animación, con 38% (un total de 109 carreras o posgrados), seguida de formación en medios audiovisuales, con 17% (50 carreras o posgrados). Sin embargo, hay pocas opciones de educación formal en dirección (2*) dirección y guion (2*) cinematografía (2*) documental (3*) guion (4*) efectos visuales (8*) y cine y televisión (8*).

(*número de carreras o posgrados)

Diversidad y brechas de género

En el detalle, en estudios formales -carreras y posgrados-, hay 273 mujeres docentes (34%) frente a 523 hombres (65.9%) y una persona no binaria (0.1%) y en los estudios no formales, que comprende cursos, talleres, diplomados y clases magistrales, hay 721 mujeres (41%) frente a 1.032 hombres (58.9%) y una persona no binaria (0.1%). Estas cifras indican que aún existe una brecha para alcanzar la paridad.

Esta brecha es importante, debido al rol de modelaje que desempeñan las educadoras frente a sus alumnos y alumnas, y a la perspectiva que ofrecen sobre la realidad de la producción audiovisual, diferente a la de los hombres. En los estudios formales, que implican mayor tiempo de exposición además de certificaciones más sólidas, hay muchos más hombres docentes que mujeres, lo que genera un desbalance importante en esa perspectiva y modelaje.

Otro dato preocupante que arroja el Anuario es la poca equidad en cuanto a la cobertura nacional, junto a las pocas opciones de formación a población que no vive en la capital o que no cuenta con recursos, pues la mayoría de la oferta escolarizada es privada y se encuentra en zonas urbanas. El acceso que tendrán comunidades indígenas, por ejemplo, a formarse en el área audiovisual, será escaso. Ello sin tomar en cuenta que sus posibilidades de contar con educación básica de calidad no son óptimas.

Este tema no es menor. Yalitza Aparicio, actriz en la película Roma de Alfonso Cuarón, (y cuyo éxito motivó a un debate en redes sociales y medios de comunicación social, en el que se destacó negativamente su condición de mujer e indígena), comentó en su rol de embajadora de Buena Voluntad de UNESCO para los pueblos indígenas desde 2019, que la educación es clave para integrar la diversidad.

Yalitza Aparicio, Roma
Yalitza Aparicio, actriz mexicana

Falta de diversidad étnica

“Durante muchos años, las poblaciones autóctonas han sido tratadas por la industria del cine de forma muy estereotipada. Sin embargo, con el paso del tiempo, la sociedad se ha ido dando cuenta de la importancia que tiene que los pueblos originarios y otros agentes de la diversidad sean mejor representados” dijo Aparicio en El correo de la Unesco (julio-septiembre 2022), tras comentar que aún estamos en el camino de romper barreras y de trascender a la mentalidad con prejuicios.

Más mujeres y hombres con perspectivas amplias trabajando en la industria audiovisual, y personas indígenas que puedan captar y representar mejor la realidad de estas comunidades, pueden hacer la diferencia en la calidad para una representación más diversa en el cine y el audiovisual mexicano.

Carreras técnicas: una necesidad urgente

Por otra parte, la mayoría de la oferta está dirigida a licenciatura (79.2%) y hay muy pocas carreras técnicas (0.7%). Tomando en cuenta que las carreras técnicas podrían regularizar y profesionalizar a quienes son parte del crew de producción, y que están dirigidas a un número más amplio de personas, resulta preocupante la escasa oferta.

Algunas iniciativas en políticas públicas, intentan transformar esta realidad: Hace cuatro años fue creado el Estímulo para la Formación Audiovisual Independiente (EFAI), que apoya proyectos de formación audiovisual independiente en un marco de igualdad y justicia, beneficiando a comunidades diversas.

El Centro de Apoyo a la Postproducción (CAPP) también ofrece servicios de formación dirigidos a cineastas y colectivos indígenas y afrodescendientes, ampliando conocimientos sobre distintos procesos de producción y postproducción audiovisual a través de talleres.

Aún queda un largo camino por recorrer en la construcción de una educación en diversidad que ofrezca perspectivas amplias en el ámbito de la producción audiovisual en México. A medida que nos dirigimos hacia un cine más inclusivo y representativo, es fundamental reconocer que cada voz, cada historia y cada perspectiva son esenciales para enriquecer nuestra narrativa colectiva. Solo a través de una formación que celebre y abrace esta diversidad podremos transformar la industria y asegurar que el futuro del cine refleje la riqueza de nuestras experiencias compartidas.

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