El informe de Riesgos Globales 2025 20ª Edición del World Economic Forum presenta un panorama desafiante, pero también oportunidades para la innovación y la cooperación global. Destaca la urgencia de abordar amenazas como el cambio climático, la ciberseguridad y la desigualdad económica, enfatizando que las soluciones requieren esfuerzos coordinados entre gobiernos, empresas y sociedad civil.
“Para 2035, el mundo enfrenta un panorama de riesgos cada vez más interconectados e intensificados. La acción inmediata y sostenida será crucial para mitigar estos riesgos y evitar el punto de no retorno” indica el estudio.
Entre los riesgos más apremiantes se encuentra el impacto del cambio climático, con eventos extremos cada vez más frecuentes y la necesidad de acelerar la transición energética. La seguridad digital también emerge como una prioridad, con el aumento de ataques cibernéticos que ponen en riesgo infraestructuras críticas y la privacidad de los ciudadanos. Además, la polarización económica y social continúa generando tensiones políticas que pueden afectar la estabilidad global.
El informe enfatiza que los patrones insostenibles de producción y consumo están impulsando el cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad, lo que la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) denomina la Triple Crisis Planetaria.
“La contaminación es el mayor factor de riesgo ambiental para las enfermedades y las muertes prematuras en el mundo, y sus impactos son desiguales, con el 92% de las muertes relacionadas con la contaminación y la mayor carga de las pérdidas económicas asociadas ocurriendo en países de ingresos bajos y medios. La contaminación plantea mayores riesgos en geografías específicas y afecta desproporcionadamente a los grupos vulnerables de la población que están expuestos a niveles más altos de contaminación. Las comunidades marginadas, las zonas urbanas y las zonas industriales soportan gran parte de sus impactos debido a la proximidad a las fuentes de emisiones, incluidos los vertederos, y a menudo tienen espacios verdes limitados”.
El mundo audiovisual también tiene retos importantes
El estudio hace un apartado extenso a la IA, imágenes y contenidos falsos y la polarización argumentando que diferenciar entre contenido falso o engañoso generado por IA o por humanos —en forma de imágenes, videos, voz o texto— puede ser difícil ya que la IA generativa reduce las barreras para la producción y distribución de contenido, y parte de ese contenido es inexacto.
“Actores malintencionados, agencias estatales en algunos países, grupos activistas e individuos, con o sin intenciones delictivas, pueden automatizar y expandir campañas de desinformación, aumentando enormemente su alcance e impacto. La desinformación y la información errónea también pueden ser resultado de contenido alucinado por IA o errores humanos, y es probable que estas situaciones aumenten junto con el creciente volumen de contenido” detalla el estudio.
Asimismo adviernte que la polarización política y social distorsionan los hechos y sesgan las narrativas, lo que contribuye a una baja y decreciente confianza en los medios “En una muestra de 47 países, solo el 40% de los encuestados afirmó confiar en la mayoría de las noticias”.
Según el Estudio de Opinión de Expertos (EOS), los encuestados en países de altos ingresos tienden a mostrar mayor preocupación por los riesgos de desinformación y manipulación en los próximos dos años, en comparación con los de países de bajos ingresos, con algunas excepciones. Este riesgo se encuentra entre los cinco principales en 13 países, incluidos India, Alemania y Canadá, y figura entre los 10 principales en 30 países adicionales. Los encuestados que identifican este riesgo a menudo también destacan la polarización social como uno de los riesgos más graves en el mismo período.
El informe resalta que, aunque estos desafíos son significativos, también hay oportunidades para fortalecer la resiliencia global mediante la inversión en tecnologías limpias, la educación digital y la cooperación internacional. La clave para enfrentar los próximos años será la capacidad de adaptación y la implementación de estrategias sostenibles que beneficien a todos los sectores de la sociedad.