Nazareth Black de Zacua: Demostramos que desde una PyME mexicana se pueden crear autos eléctricos sostenibles y competitivos

En una industria automotriz dominada por gigantes globales, Zacua surgió en 2017 como una apuesta arriesgada y profundamente mexicana: fabricar el primer auto eléctrico nacional desde una PyME, con capital propio y convicción innovadora. Ocho años después, sus vehículos urbanos circulan en calles mexicanas y la empresa se consolida como referente de la electromovilidad.

“Demostramos que desde una PyME mexicana se pueden crear autos eléctricos sostenibles y competitivos”, afirma Nazareth Black, CEO de Zacua, quien encabeza un proyecto que nació con el objetivo de comprobar que México no solo puede ensamblar vehículos, sino también generar tecnología propia.

Una apuesta independiente y pionera

A diferencia de la mayoría de los fabricantes, Zacua se fundó con independencia tecnológica y sin el respaldo de grandes corporativos. “Lo hemos logrado siendo una PyME con un capital muy discreto”, subraya Black.

El resultado ha sido histórico: en 2018 la compañía entregó sus primeros 100 autos eléctricos, que hoy cumplen ocho años de circulación en condiciones reales. Ese primer modelo fue, además, la prueba de fuego: “Era todo o nada, porque no teníamos capital para hacer varios intentos. Nuestro primer auto salió bien a la primera, y sigue respondiendo en calle”, recuerda la directiva.

Vehículos diseñados para las ciudades

La estrategia de Zacua apunta a resolver un problema concreto: la movilidad urbana. Con 90% de la población viviendo en grandes ciudades y desplazándose distancias cortas, la compañía diseñó autos pequeños, de dos plazas y 200 kilómetros de autonomía, ideales para trayectos diarios.

“El 90% de los autos se usan solos, con 1.2 pasajeros en promedio. Fabricar vehículos de cinco asientos es un despilfarro de materiales y energía. Nosotros diseñamos autos urbanos que resuelven lo que realmente necesitamos: movernos sin contaminar”, explica Black.

Producción sostenible desde el inicio

Zacua integra sostenibilidad en todas las fases de su proceso. Desde el diseño, evita piezas innecesarias y gadgets de lujo; en la producción, utiliza plásticos reciclables y procesos de termoformado que eliminan emisiones de pintura; y en la posventa, asegura vehículos de larga vida útil.

“Un auto Zacua puede durar 30, 40 o 50 años si se cuida la carrocería. Y cuando la batería ya no es viable para el auto, todavía conserva 80% de eficiencia para otros usos, como almacenamiento en estacionamientos”, detalla Black. Este enfoque prolonga la vida útil de los materiales y reduce la huella ambiental en comparación con los autos de combustión.

Más que fabricar: educar al ecosistema

El emprendimiento no solo enfrentó el reto de producir un auto eléctrico, sino también de abrir el camino de la electromovilidad en México. Ante la falta de infraestructura y políticas específicas, Zacua asumió un papel de educador con bancos, aseguradoras, gobiernos y universidades.

“Nos tocó crear el camino, explicar cómo funciona la electromovilidad y cómo financiarla. Incluso trabajamos en planes de estudio para que las nuevas generaciones entiendan y participen en esta transformación”, comenta la CEO.

De México para el mundo

Los primeros usuarios que apostaron por Zacua fueron clave para validar el proyecto. Hoy, la marca avanza en el desarrollo de nuevos modelos y se posiciona como un símbolo de innovación mexicana.

“Zacua es un proyecto de mexicanos para mexicanos y de mexicanos para el mundo”, resume Black, convencida de que el país puede ser protagonista en la transición hacia una movilidad más limpia y responsable.

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