
- La especialista sostiene que el verdadero retorno de inversión de la sostenibilidad está en transformar la cadena de valor, reducir emisiones y usar la tecnología como habilitador de innovación y eficiencia..
En el mundo corporativo, la sostenibilidad suele aparecer como un capítulo en los reportes anuales, un requisito de cumplimiento o una iniciativa aislada que rara vez toca el corazón de los procesos de negocio. Para Rosa Chang, consultora en sostenibilidad y tecnología, esa visión es limitada. La sostenibilidad, asegura, debe entenderse como una fuerza transformadora capaz de redefinir industrias enteras.
Chang conoce bien este terreno. Tras haber ocupado posiciones de liderazgo en firmas globales de tecnología y consultoría, y en su paso por Microsoft como directora Global Black Belt de Sostenibilidad para las Américas, ha trabajado en diferentes industrias que van desde sector financiero, manufactura, consumo masivo hasta salud. Su experiencia le ha enseñado una lección clara: el verdadero valor de la sostenibilidad no se encuentra en el cumplimiento, sino en la capacidad de reducir emisiones, innovar procesos y generar eficiencia en la cadena de valor.
“Cuando las empresas limitan la sostenibilidad al reporte pierden de vista su potencial real. El valor está en cómo se usan los datos para optimizar decisiones, mitigar riesgos y crear productos más responsables” afirma.
El reto del Scope 3
Más del 90% de las emisiones de una organización se concentran en el Scope 3, la parte de la cadena de valor que abarca desde proveedores hasta clientes. Allí, la tecnología abre un abanico de oportunidades: desde transparentar el origen de las materias primas y optimizar los transportes, hasta aplicar Digital Twins que reduzcan desperdicios en la producción y habiliten modelos de economía circular.
“Cada acción en la cadena —del proveedor al cliente final— es una oportunidad para reducir emisiones y hacer más sostenible el negocio”, señala.
Datos que transforman decisiones
La clave, sin embargo, no está solo en la tecnología, sino en cómo se gestionan los datos. Chang ha identificado un patrón en las empresas con las que ha trabajado: las iniciativas de sostenibilidad suelen comenzar en las áreas corporativas, pero alcanzan verdadero impacto cuando entran en contacto con el Chief Data Officer (CDO).
“El mejor aliado de la sostenibilidad es el CDO. Los datos no solo sirven para el reporte, también facilitan decisiones que transforman la organización”, asegura. Esa colaboración permite consolidar información, evitar duplicidades y fortalecer áreas estratégicas como finanzas, marketing y cadena de suministro.
Software con bandera verde
El papel del software también se está redefiniendo. La migración a la nube reduce el consumo energético y de hardware, mientras que el diseño de aplicaciones comienza a incorporar criterios de eficiencia energética desde su concepción.
Hoy, explica Chang, las empresas tecnológicas desarrollan soluciones que miden su propio desempeño y ofrecen a los clientes transparencia sobre la huella de carbono generada, incluso en funciones específicas como la inteligencia artificial.
Un cambio cultural necesario
Más allá de herramientas y métricas, Chang insiste en que lo esencial es un cambio cultural. No basta con cumplir normativas o diseñar proyectos sociales puntuales: la sostenibilidad debe integrarse en la estrategia de cada área de la organización.
“No se trata de plantar árboles o cumplir con un área de compliance. Se trata de insertar la sostenibilidad en cada decisión de negocio” subraya.
“Es la inteligencia artificial lo que apoyará a las industrias y compañías a acelerar la innovación y transformación en los procesos de negocio, habilitando productos y servicios más sostenibles” indicó.
En su visión, ese giro de mentalidad es lo que permitirá que las empresas dejen de ver la sostenibilidad como un costo y la asuman como una oportunidad para transformar procesos, industrias y sociedades enteras.
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