En el año 2050, la humanidad necesitará el equivalente a casi tres planetas para conseguir los recursos naturales necesarios para mantener el estilo de vida actual. Esto sitúa a las sociedades en momento de toma de conciencia.
La industria audiovisual argentina se hace eco de la problemática gracias a organismos como APAC (Asociación de Productores Audiovisuales de la Provincia de Córdoba-Argentina), que hace un buen tiempo viene generando conciencia y aportando herramientas útiles para hacer posible los cambios necesarios.
HUELLA DE CO2
Según APAC, una hora de televisión genera entre 7 a 9 toneladas de CO2. En el caso del cine, se calcula que una producción promedio (de unos 20 días de rodaje) genera un aproximado de 390 toneladas.
Son cifras altas. Un argentino promedio, para tener un parámetro, genera 6 toneladas CO2, al año.
La mayor parte de la contaminación de una producción audiovisual proviene de los viajes (38%), y no solo de los aéreos sino también terrestres. Un viaje en auto genera 36 kilos de CO2 por pasajero y kilómetro recorrido, mientras que un viaje en bus genera 4,9 kilos por pasajero y kilómetro recorrido.
PRÁCTICAS SUSTENTABLES
“Los proveedores son muy importantes en lo relacionado con la cadena de sustentabilidad en nuestra industria y en este nuevo paradigma. La industria tiene problemas de basura electrónica, obsolescencia programada, uso del plástico, contaminación y también desconocimiento. Pero en respuesta a estos retos sociales y ambientales surgen propuestas emergentes en el contexto de las oportunidades que plantean las nuevas tecnologías y la propia innovación social”, dijo Florencia Nates de la APAC, durante el Foro de Sustentabilida Audiovisual celebrado de manera online en diciembre del año pasado.
APAC cuenta con un Manual de prácticas sustentables que identifica objetivos. Y esos mismos objetivos son los solicita a sus proveedores.
En materia de alimentación, los proveedores deben evitar al máximo el desperdicio de alimentos y contemplar menúes vegetarianos y veganos (al menos uno o dos días semanales), alimentos locales y de temporada y en preferencia agroecológicos. Para evitar el desperdicio se lleva un control exhaustivo y el excedente se dona.
Otro punto importante es la gestión de residuos para reducir la basura al máximo. Solo compostando se reduce un 60%, y separando los residuos secos para reciclar otro 25% más. Asimismo, APAC contempla la donaciones en todas las áreas de una producción para reubicar todo tipo de excedente para contribuir a la economía circular.
Comprar a proveedores sustentables y asegurarse de que ese proveedor haga lo mismo es otro aspecto relevante. La idea es entender de dónde provienen los productos y apoyar al comercio justo, a la economía local, a la cosmética natural y a los productos biodegradables.
Otros objetivos son: reducir el consumo de combustibles fósiles, mediante un plan de transporte eficiente; llegar al 0% plásticos de un solo uso, optando por objetos reutilizables; lograr eficiencia energética, utilizando energías renovables o verdes; apostar a la sustentabilidad en pantalla desde el guion, proteger y conservar los ecosistemas.
Así, una producción de 80 a 100 personas diarias con 30 días de rodaje podría (aunque cada producción es un mundo) hacerse ahorrando 2 millones de litros de agua si se selecciona un menú vegetariano al menos un día a la semana y carnes blancas en lugar de rojas; y reduciendo 300 kg de plástico de un solo uso si se escoge vajilla reutilizable en el catering.
REINA ANIMAL
Reina animal, filme 100% cordobés, se realizó siguiendo el protocolo APAC. La producción trabajó con proveedores sostenibles: Ecolink, empresa de gestión de residuos; Circularis, que confecciona objetos con material reciclable; y Pía Sustentable, compañía de cosmética natural.
“Tenemos una oportunidad para desarrollar la originalidad en las producciones audiovisuales. Esto es un nuevo mercado que está atrayendo nuevos proveedores y que las plataformas están buscando porque tienen producciones grandes, que son las que más contaminan. A nivel local, hay una un descubrimiento o una nueva conciencia sobre los territorios y cómo protegerlos. Es una gran oportunidad para vincular nuestras profesiones con el arte, el ambiente y todo nuestro planeta, inclusive con nosotros y nosotras mismas”, concluyó Nates.