La revolución de los centros de datos: IA, eficiencia energética y la apuesta por los microreactores nucleares

Josué Ramírez, secretario técnico de la Asociación Mexicana de Data Centers (MEXDC)

En el mundo del streaming, la inteligencia artificial (IA) generativa y la hiperconectividad, hay una infraestructura vital que permanece casi invisible: los centros de datos. Estos centros, los cerebros físicos del ecosistema digital, son responsables de procesar, almacenar y distribuir la información que consumimos a cada momento. Pero, aunque esenciales, su huella ambiental está comenzando a transformar su propia estructura, en un esfuerzo creciente por integrar la eficiencia energética.

En México, los cambios son evaluados a través de sensores, algoritmos y temperaturas, y en el horizonte se ven tecnologías como los microreactores nucleares.

“En México y Latinoamérica, el 99% de los centros de datos no utilizan agua para enfriar. Son sistemas cerrados, muy similares a los del aire acondicionado de un coche”, explica Josué Ramírez, secretario técnico de la Asociación Mexicana de Data Centers (MEXDC). La idea de que estos centros consumen grandes cantidades de agua es un mito, asegura Ramírez, quien subraya que las tecnologías modernas han cambiado completamente la manera en que se gestionan los recursos.

La inteligencia artificial: un aliado de la eficiencia

El enfriamiento de los centros de datos, un desafío técnico y ambiental durante décadas, ya no depende exclusivamente de grandes sistemas HVAC o enfriadores convencionales. Ahora, la inteligencia artificial permite gestionar el consumo de energía en tiempo real, ajustando variables como la temperatura, la presión y el flujo de aire de manera que optimicen el rendimiento sin comprometer la eficiencia.

“La IA nos ayuda a monitorear en tiempo real cada unidad de procesamiento, optimizando temperaturas y cargas de trabajo, lo que reduce drásticamente el consumo de energía”, añade Ramírez. Gracias a esta inteligencia artificial, muchos centros operan a temperaturas internas más altas sin afectar el rendimiento, lo que se traduce en un ahorro de recursos clave.

Además, la tendencia hacia la reubicación de centros de datos en regiones con climas más templados o secos permite implementar tecnologías como el free cooling, que utiliza aire exterior para enfriar los sistemas. Esta estrategia resulta decisiva no sólo para la eficiencia energética, sino para la expansión de la infraestructura en México.

Desafíos y oportunidades en el mapa digital de México

A pesar de los avances, la distribución de la infraestructura digital en México sigue siendo desigual. Según el estudio Mercado de Data Centers en México 2024, la Ciudad de México lidera la digitalización, seguida por estados como Nuevo León y Querétaro, aunque la oportunidad de crecimiento es notable en regiones menos desarrolladas.

“El uso de energía renovable y la implementación de free cooling en nuevas regiones están incentivando el crecimiento digital en estados que históricamente no han sido protagonistas”, comenta Ramírez, subrayando el potencial de las regiones menos digitalizadas para adaptarse a estas nuevas tecnologías.

La apuesta por los microreactores nucleares

La mayor preocupación de la industria no es el agua, sino la energía. Aquí es donde entra en juego un actor cada vez más relevante: los microreactores nucleares modulares (SMRs). Estos pequeños reactores, con el tamaño de un contenedor marítimo, ofrecen una fuente estable de energía limpia. Aunque todavía no están presentes en Latinoamérica, varios gobiernos y empresas tecnológicas están evaluando su viabilidad.

“Los SMRs son unidades compactas que pueden generar entre 15 y 60 megavatios de manera limpia y segura”, explica Ramírez. Con una huella de carbono prácticamente nula, estos reactores modulares representan una opción viable para alimentar centros de datos ubicados en regiones remotas o en áreas con climas extremos, donde las redes eléctricas nacionales no son confiables.

Gigantes tecnológicos como Microsoft, Amazon y Google ya han comenzado a investigar activamente el uso de energía nuclear para sus operaciones, como parte de su estrategia para diversificar sus fuentes de energía y reducir las emisiones de carbono. Google, por ejemplo, ha fijado como objetivo operar todos sus centros de datos con energía libre de carbono para 2030, lo que incluye la exploración de fuentes nucleares.

Talento y regulación: las claves para el futuro

A pesar de los avances tecnológicos, el desafío del talento sigue siendo una de las barreras más grandes. La industria necesita atraer perfiles cualificados de diversas disciplinas, desde ingeniería eléctrica hasta manufactura avanzada, para satisfacer la creciente demanda de personal especializado.

“La colaboración con universidades y centros técnicos es fundamental para garantizar que las nuevas generaciones puedan aprovechar las oportunidades que ofrece este sector”, señala Ramírez.

A nivel regulatorio, la MEXDC ha subrayado la importancia de un marco claro que facilite la inversión y promueva el uso de tecnologías limpias. “La regulación debe evolucionar para que los desarrollos puedan llevarse a cabo sin obstáculos innecesarios”, afirma Ramírez.

El futuro de los centros de datos de energía nuclear

Aunque la idea de alimentar centros de datos con energía nuclear aún parece futurista, la tecnología está cada vez más cerca de ser una realidad. “Estamos viendo un cambio de paradigma. Antes solo hablábamos de energía solar y eólica; ahora ya hay empresas que desarrollan centros de datos con su propio reactor modular”, concluye Ramírez.

De acuerdo con el Departamento de Energía del Gobierno de EE UU, los microrreactores no se definen por su forma de combustible ni por su refrigerante. En cambio, presentan tres características principales:

Fabricado en fábrica: Todos los componentes de un microrreactor se ensamblarían completamente en una fábrica y se enviarían a la planta. Esto elimina las dificultades asociadas con la construcción a gran escala, reduce los costos de capital y facilita la rápida puesta en marcha del reactor.

Transportable: Los diseños de unidades más pequeñas harán que los microrreactores sean muy transportables. Esto facilitaría a los proveedores el envío del reactor completo por camión, buque de carga, avión o vagón de tren.

Autoajuste: Conceptos de diseño sencillos y adaptables permitirán que los microrreactores se autoajusten. No requerirán una gran cantidad de operadores especializados y utilizarán sistemas de seguridad pasiva que previenen cualquier posibilidad de sobrecalentamiento o fusión del reactor.

La visión de centros de datos impulsados por microreactores nucleares no es tan distante como parece. En los próximos años, es posible que esta infraestructura se convierta en un pilar clave de la sostenibilidad, ofreciendo energía limpia y confiable para un mundo cada vez más digitalizado.

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