Salida de EE UU del Acuerdo de Paris: El planeta es resiliente a posturas políticas o ideologías

Cuando la administración Trump anunció en 2017 la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París, se desató una preocupación global respecto al futuro de las iniciativas climáticas. No obstante, la agenda climática mantuvo su curso; los demás países firmantes redoblaron esfuerzos para fortalecer las políticas y acciones dirigidas a mitigar los impactos del cambio climático.

Aunque Estados Unidos figura entre los principales emisores de gases de efecto invernadero, ha habido momentos en que ha liderado la promoción de políticas de reducción de emisiones, destacando ejemplos como California.

Felix Martínez, fundador y director de SÍR Soluciones Ambientales

Recientemente, el presidente Trump optó nuevamente por retirarse del Acuerdo, lo cual podría socavar la moral y el impulso colectivo hacia el logro de las metas de descarbonización para 2030, fundamentales para combatir el cambio climático de forma efectiva.

La ausencia de liderazgo estadounidense podría comprometer la colaboración internacional y las inversiones en tecnologías limpias. Estas acciones envían señales desalentadoras a mercados y empresas, posiblemente retrasando inversiones cruciales en proyectos de energía renovable y otras iniciativas de sostenibilidad, lo que cuestiona la firmeza de los compromisos globales hacia un futuro sostenible.

No obstante, la crisis climática trasciende las ideologías y posturas políticas. Es imperativo que los países mantengan la determinación mostrada en 2017, siguiendo adelante con la agenda climática para asegurar una transición efectiva hacia la descarbonización.

Consecuencias para Latinoamérica: Entre la vulnerabilidad y la oportunidad

Latinoamérica, una región altamente vulnerable a los impactos del cambio climático, y enfrentan un escenario de incertidumbre mayor. La reducción de recursos financieros y técnicos de uno de sus principales aliados, como lo es Estados Unidos, en la lucha climática podría exacerbar los desafíos relacionados con fenómenos extremos y alteraciones en sectores como la agricultura y la biodiversidad. Sin embargo, este escenario también podría ofrecer a los países latinoamericanos la oportunidad de redefinir su liderazgo ambiental.

La necesidad de adaptarse sin el apoyo directo de Estados Unidos podría impulsar a muchos a buscar alianzas alternativas y a fortalecer políticas internas de sostenibilidad, enfocándose en la transición energética hacia fuentes más limpias y sustentables.

La Política de “Perforar, Perforar, Perforar” y su efecto en las energías renovables

La estrategia energética impulsada por Trump, conocida por su lema de “perforar, perforar, perforar”, que busca maximizar la producción de hidrocarburos, representa significativos retos para la transición hacia una energética más limpia y sostenible.

Esta política no solo podría incrementar la producción y reducir los precios del petróleo y gas, sino que también coloca a las energías renovables en una clara desventaja competitiva. La reducción de costos de los combustibles fósiles puede distorsionar el mercado y afectar negativamente la percepción de la viabilidad a largo plazo de las energías limpias. Así, la preferencia momentánea por fuentes más baratas, pero altamente contaminantes podría desincentivar las inversiones en tecnologías limpias y sostenibles.

Además, el fuerte apoyo gubernamental a los combustibles fósiles podría desalentar a los inversores interesados en energías renovables, que dependen de políticas estables y predecibles. La posible reducción de incentivos fiscales y subsidios para las energías limpias, en un momento crítico para la adopción de estas tecnologías, podría frenar significativamente el crecimiento de un sector vital para el futuro sostenible del planeta.

Sin embargo, la determinación global hacia un futuro verde es incontrovertible. Muchos países están firmemente convencidos de que las energías limpias liderarán el camino hacia un desarrollo sostenible. Con políticas públicas cada vez más enfocadas en promover e incentivar la inversión en energías renovables, el impulso hacia un mundo más sostenible es un movimiento que ya no puede ser detenido, incluso ante políticas contrarias como las de la administración Trump.

A pesar de los posibles retrocesos potenciales, la historia no termina aquí. La respuesta global y regional a estas políticas muestra la resiliencia y la adaptabilidad de los esfuerzos climáticos. Los mercados, junto con los gobiernos y las comunidades, continúan adaptándose y buscando nuevos caminos hacia un futuro sostenible, demostrando que el compromiso con el medio ambiente puede resistir incluso los cambios políticos más desafiantes. El camino hacia las energías renovables, aunque lleno de obstáculos, sigue siendo una prioridad ineludible para asegurar un planeta saludable para las futuras generaciones.

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